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Posts Tagged ‘Hegel’

Artículo (PDF): F. Duque, «Elogio de la frialdad. Sobre el Estado de la modernidad postrevolucionaria»

06/05/2010 2 comentarios

Artículo de Félix Duque de 1994, donde trata de explicar los intentos del Hegel maduro de pensar lo que constituía su tiempo: el periodo post-revolucionario (Revolución francesa) que incluye una situación de Restauración y, a la vez, puede ser considerado como un periodo pre-revolucionario (Revolución de 1848). En este tiempo, se produce la reflexión hegeliana sobre las formas de la libertad objetiva, la Filosofía del Derecho, y este artículo trata de hacer ver la conexión entre esta reflexión y los acontecimientos de su tiempo. En particular, resaltaría el modo como se explica la aparición en Hegel de unas figuras que siempre han sorprendido, si no es que han sido tachadas de reaccionarias, al pensamiento marxista: los «estamentos» (Stände) y no las «clases» (Klässe).

Mas, paradójicamente, la frialdad con que Hegel se atreve a mirar al monstruo, también él frío, más allá de ditirambos ocasionales y exclamaciones éticas aquí y allá esparcidas por el análisis de la Sittlichkeit (exclamaciones que de poco valen, desde el momento en que la Moralität está ya asumida, absorbida en el Estado), en su honradez al presentar problemas que no se dejan manipular (y menos dialécticamente) hacen que esos textos helados, pero transidos de las convulsiones que han irrumpido en nuestro siglo, sigan siendo más dignos de meditación que tantas propuestas edificantes provenientes de dos extremos abstractos, el liberalismo y el restauracionismo conservador: los únicos que hoy, por lo demás, parecen quedamos.

Artículo: Félix Duque, Elogio de la frialdad. Sobre el Estado de la modernidad postrevolucionaria.
En: Isegoría, Vol. 10 (1994), págs. 167-178.

Libro: F. Duque, «El cofre de la nada»

01/05/2010 2 comentarios

En el 2006, Félix Duque publicaba este libro, tratando de hacer un recorrido del surgimiento del nihilismo del mundo tecnificado en los autores más importantes del pensamiento post-kantiano o «tardomoderno». Así, Fichte, Hegel, Schopenhauer, Nieztsche, Jünger, Heidegger, son convocados durante la «deriva» del libro, que va perfilando poco a poco la noción de nihilismo y acaba ensayando una posible «actitud» ante el mismo que no desemboque en las insuficiencias que se descubren en las «soluciones» de los autores citados.

¿Cómo hacer que el propio ser ingrese, también él, en la caducidad? ¿Cómo alcanzar esa pietas hacia lo existente, que preconizara hace algunos años Gianni Vattimo? Bien, aún queda un paso. Un paso que no se da ni desde arriba, ni desde fuera. Un paso al margen, absurdo tanto para el burgués como para el «trabajador». Es el paso que diera un día Georg Büchner, y que ahora repita, decidido, Paul Celan. En ese paso se entrega la dicción infinita de lo übrige, de lo que resta, resistente, en el centro mismo en el que se cruzan cielo y tierra, dioses y mortales. Y también, a través de ese centro, se va tejiendo una línea, la línea del dolor absurdo de todos los asesinados de la historia, y más: de todos los muertos, sin más. Sin justificación posible. Allí donde se «pincha» y «desinfla» por así decir el centro mismo del ser, aparece lo que Celan denomina la «majestad del absurdo». Aparece… como meridiano, la línea que atraviesa todos los paralelos del dolor. La línea que sirve de encuentro solidario, de resistencia sin esperanza contra toda dominación metafísica, mas también, y sobre todo, contra toda «retirada» de un ser incólume. «Ser» es, con Celan, en cambio: comunión en el dolor, reconocimiento -en el amor- de la necesaria caducidad de todo, y del Todo.(Págs. 113-114)

Libro: F. Duque, El cofre de la nada. Deriva del nihilismo en la modernidad.
En: Abada Editores, Madrid, 2006, 116 páginas.

Contraportada: No es verdad que, como auguraba Baudrillard, nada haya tras la obscenidad de la banda sin fin mediática en la que se consume y consuma nuestra postmodernidad tardocapitalista (e. d., consistente en tardar en desaparecer). No es verdad tampoco, por el otro lado, que tras esa banda, como en un negativo, lo revelado sea la profundidad de un Occidente rebelado al fin contra esa superficialidad, según algunos alucinados pretenden, en busca de fundamentos más sólidos y divinos que los del inventado enemigo, ese que cree en el Uno mientras se disemina mortífero por los nódulos plurales de las arterias y otras redes. Sí es verdad que, cansados y desmoralizados, apenas sabemos qué hacer, cortadas las alas del futuro-ficción tras la estruendosa revuelta en el siglo XXI del otro mundo, sojuzgado y mantenido a distancia como material de elaboración para medro del Espíritu depredador. Pero una ronca voz nunca del todo acallada sigue avisando de que algo resta atrás.
Por ello, tras tanto hinchado «humanismo-prietas-las-filas» y tanto espectacular «horror-visco-porno-moral»;, empeñados ambos en obturar el terror que viene del fondo (si tras el velo de la belleza se ocultaba antes lo terrible, bien podría agazaparse ahora el terror tras la banalidad kitsch), quizá no esté de más intentar una segunda navegación en torno a esa Isla de los Muertos que muchos se empeñan en haber dejado para siempre atrás, y preguntarnos por la deriva del nihilismo en otra de nuestras muchas tardanzas: la tardomodernidad (otra «manera» que se resiste a desaparecer, a fuerza de tardar a base de «científicas» largas). Conjurados son pues aquí los espectros de Hegel, de Jünger y de Heidegger para desmantelar pompas y andamiajes, a fin de empezar a entrever en sus oscuras admoniciones el vínculo en que se anudan de antiguo la nada y la muerte.

Índice:
1.De cómo planificar la Historia.
2.De aquí a la eternidad (y vuelta).
3.El código de la circulación.
4.Egoísmo y nihilismo.
5.Hegel, escrutando la nada divina.
6.So ist es aus: el nihilismo reactivo.
7.Nietzsche: la gran devaluación y su remonte.
8.Heidegger: anticipatio mortis.
9.»Über» Jünger y Heidegger.
10.El ser, crucificado (pero como San Andrés).
11.Ahondando en el ocaso.
12.La muerte, cofre de la nada.
13.Forjando una copa al margen.